Es por todos conocido el gusano que ha hecho estragos el pasado año (y sigue haciéndolo), explotando la vulnerabilidad que Microsoft ha presentado en su sistema Windows, afectando a grandes redes con perdidas millonarias.
Quienes padecimos del arduo labor de desinfectar dominios enteros de este malware, reconocemos el gran talento y creatividad (esta vez con fines maliciosos) de sus autores.
Así mismo, luego de la mala reputación que esto ocasionó, el gigante se levanta e intenta una acción de revancha:
“Finalmente, anunciamos una recompensa de 250 mil dólares por información que colabore con el arresto y condena a los responsables de liberar ilegalmente el gusano Conficker”.
Como algunos sabrán, no es la primera vez en la que una iniciativa de esta índole por parte de Microsoft es llevada a cabo.
Allá por el año 2003, una acción similar fue emprendida tras Blaster y Sobig.
No importa cuán grande sea el esfuerzo por atrapar a los autores de tan maliciosos codigos, las consecuencias serían menores si la prevención fuese más fuerte.
No olvidemos que un sistema es tan fuerte como su punto más débil.
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